Intentando.
Se sueña trigueña
y con los ojos oscuros y espesos como la sangre.
Otra mujer la mira y eyecta sus manos a un infinito de socorros y mareas.
Imposibles palabras.
Pero intentando.
La mujer moría un poco con cada movimiento.
Era justo lo que ella buscaba
Lo que creía costarle pero no era así.
Ahora no hay mujer que la mire. La muerte la envolvió en un paño turquesa
la amó más allá de los médanos.
Volverá la danza y el círculo y el fuego primero.
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